El nacimiento de este nuevo blog no es
otro que el de escribir. Sí. Así, sin más. Sólo se trata de escribir, teclear
lo que piensas, lo que ves, y darle forma a través de las palabras. No se trata
de un diario personal (al alcance de todo el mundo), ni de un
lugar donde venir a quejarme de lo mal que va el mundo (todos lo sabemos);
tampoco de un boletín periódico donde comentar las veces que voy a visitar el
baño, o lo bien que le quedan los shorts a la vecina de la
ventana de enfrente.
Escribir entradas sin ton ni son,
relatos, divagaciones, comentarios, paranoias, descubrimientos, proyectos
literarios, opiniones personales... Vamos... lo que me dé la gana.
Espero que el que se pase por este
rincón virtual sepa que hay otras maneras mejores para aprovechar el tiempo,
aunque agradeceré que, como mínimo, se respete el contenido.
Y como las
presentaciones no son mi fuerte, aquí dejo esta primera entrada y me voy a
fumar un cigarrillo a la terraza, para investigar qué se ve Desde mi
ático...
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